Foto tomjones.com
Por Diego Álvarez Rex
Hay voces inconfundibles en la música con un rango vocal que hacen temblar edificios y está la de Tom Jones. ¿Seis décadas de carrera que lo han hecho y visto todo podrían encerrarse en un concierto de apenas hora y media? Increíble pero totalmente cierto.
Aunque sus apariciones en América Latina hayan sido esporádicas presentándose en Argentina, Chile y Uruguay, no fue sino hasta este 2016 que Sir Thomas Jones Woodward se embarcó en su primera gira oficial por Latinoamérica teniendo como punto de partida nuestra capital con el Teatro Metropolitan como privilegiado escenario para lo que fuera además su debut en México. Lo mejor fue ver la casa llena como ya pocos artistas pueden hacerlo, con personas que se levantaban de sus asientos para acercarse lo más posible que el acomodador les permitiera para ver de cerca de una verdadera institución de la música, y que quitados de la pena bailaran en los pasillos o hasta encima de sus asientos en pleno lunes laboral.
Sin espacio para la especulación si el show se trataría de un montaje explosivo tipo Las Vegas con bailarinas u orquesta, la silueta de Tom Jones apareció en punto de las 9PM acompañado únicamente de guitarra y batería para entonar una versión sorprendentemente pesada de “Burning Hell”, un Blues no tan conocido de John Lee Hooker cuyo estilo permearía gran parte del concierto ya que posteriormente se escucharían temas de Blind WIllie Johnson, Rosetta Tharpe y arreglos totalmente campiranos para a temas tradicionales del cancionero americano como “Raise a Ruckis”, “Didn’t It Rain” y seguido de “Run On”, una de las canciones Góspel más conocidas a la fecha que ha sido interpretada por Elvis Presley, Johnny Cash e inclusive Moby.
Independiente al hecho de que mientras avanzaba el concierto, Tom incrementaba su compañía en el escenario hasta con nueve músicos que incluyeron sección de vientos, hammond y piano, el impresionante e impecable estado de su voz fue el principal motor para que el concierto fuera un ensordecedor gritadero al momento de sonar los primeros versos de canciones (con nuevos arreglos) como “Sexbomb”, “Delilah” e “It’s Not Unusual”.
Un verdadero privilegio escuchar en vivo a un cantante cuyas canciones desde Blues, Gospel, Soul, Country y Rock han sido reinterpretadas por músicos desde Stereophonics y Miles Kane, hasta Los Straitjackets y Los Fabulosos Cadillacs, más el repertorio incluyó más reversiones a canciones de otros que muchos de sus clásicos que brillaron por su ausencia como “She’s a Lady”, “What’s New Pussycat?” y “Help Yourself”, aunque era imposible refutar que varios de sus temas más conocidos (aunque sean de otros autores) explotaron en el teatro: “Mama Told Me Not to Come”, “Green Grass of Home” y “You Can Leave Your Heart On”.
A pesar de que los conciertos en este clásico recinto de la Ciudad de México son mayoritariamente con la audiencia sentada, para el encore que incluyó su rendición a “Kiss” de Prince, el tema “Thunderball” para la película de James Bond del mismo nombre y el cierre con una magnifica versión a “Strange Things” de Sister Rosetta Tharpe no hubo una sola alma en el recinto que se resistiera a bailar (de repente se dejó ver hasta una bandera de Galés ondeando entre la gente), y dejarse atrapar por esta verdadera leyenda cuya presencia sobre escena es tan imponente que pareciera que el mundo se detiene y se está dentro de ese mágico mundo donde el poder de la música es más grande que cualquier cosa y es imposible mirar a otro lado.
Pingback: Tom Jones @ Teatro Metropolitan - Me hace ruido