White Lies
Los Mesoneros
Por José Marr @JR_Marr
Crazy Rhythms Music
Pocas veces hay oportunidad de ver un concierto en El Plaza Condesa sold out y aún más pocas veces con el público conectado ciento por ciento con la banda. Lo de White Lies la noche del 18 de Febrero en la CDMX fue justamente una prueba de lo que he citado, un concierto que se auguraba sorprendente por haber agotado sus boletos un par de semanas antes y por la inclusión de Los Mesoneros como abridores de la noche.
Así fue, el grupo de Venezuela salió poco antes de los 8PM, nada especial, pero tampoco nada que criticarles, su ejecución fue limpia, fuerte y contundente. Por alguna razón también les regalaron bastante volumen, algo que rara ocasión es así con un acto telonero, más aún cuando el público aún no llenaba el recinto.
Después de un nada despreciable acto de Los Mesoneros, fue que White Lies salió a escena. Como era de esperarse los presentes reaccionaron de inmediato y la gente se abalanzó hacia el frente del escenario producto de la emoción, del fervor. Hit tras hit, cuatro discos bien han servido para poder armar un setlist donde el ánimo no decae y eso es algo que White Lies ha sabido hacer bien, lanzar sencillos radiales; por ello “Take It Out On Me“, una muy conocida de su más reciente Friends, fue elegida para inaugurar, a lo que “There Goes Our Love Again” y “To Lose My Life“, también singles insignia, siguieron para mantener a tope el ánimo.
No hubo realmente muchas intervenciones de Harry McVeigh con el público, lo clásico; presentar algunas canciones, decir que hace tiempo no nos veían y la que más encanta, que somos el mejor público del mundo, sin embargo, el trío era capaz de desenfundar otro hit tan rápido para activar la adrenalina de los presentes. “Gettin Even“, el nerviosismo de “Farewell to the Fairground“, los candentes teclados de “Morning in LA” o la retumbante “First Time Caller” como “Don’t Want to Feel It All“. Algo muy notable del show fue la forma en que las luces colaboraron junto a los sintetizadores y teclados, ayudaron en demasía a crear una experiencia aún más redonda y sobre todo inolvidable. En la recta final de la primera parte del concierto había bajado un poco el ritmo con algunos tracks más lentos, ya en vísperas fue momento para lanzar “Death“, quizá la canción más emblemática de su primer trabajo. El rebote de bajo y bombo causó saltos de la mayoría y literalmente hicieron que el piso cimbrara, los aplausos al compás y la explosión final fueron éxtasis puro.
“Oleee oleee oleee ole White Lies… White Lies” fue el grito casi unánime que todos entonaban para alentar el regreso de la banda, de nuevo, esta vez con la bandera de México volvieron al escenario con el poderío resonante de “E.S.T.“, con la ascendencia de “Big TV“, “Come On” y curiosamente, concluir con una pieza de su disco más malo. Curioso porque siempre se busca cerrar con la canción más alta de la noche, la mejor dentro de un disco del cual no interpretaron otra canción pero así fue, “Bigger Tha Us” causó un pico estruendoso.
Y así sucedió la conquista en totalidad de White Lies a un Plaza Condesa entregado hacia una noche inolvidable para sus muchos fans, de verdad FANS que cantaron una a una las canciones, que de esos había muchos, entregados en cuerpo y alma para entonar todo lo que el trío inglés ofreció en el escenario. De esas noches, esperemos que haya muchas más.
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